1916 : LAS BATALLAS DE SOMME Y DE VERDÚN (Cap. 5)
1916 es el año de las batallas más sangrientas en el frente occidental: Somme y Verdún. El estancamiento de los enfrentamientos decide a los alemanes a colaborar con Lenín para llevar adelante la Revolución Rusa y sacar a Rusia de la guerra. En 1917 entra EEUU e inclina la balanza.
1916 – EL CONFLICTO SE COMPLICA EN
TODOS LOS FRENTES
LAS BATALLAS DEL SOMME Y DE VERDUN
(1916)
En el capítulo anterior, terminamos viendo que en el alto
mando alemán había diferencias de opinión respecto en qué frente poner más
fichas, porque tener 2 frentes abiertos era costosísimo. El Káiser sentía que
los generales triunfadores en el frente oriental habían ganado mucho
protagonismo, y cuestionaban su autoridad; por lo que decide apoyar a Von
Falkenhayn. Más adelante en el presente capítulo veremos cómo cerraron el
frente oriental para liberar recursos y abocarse a romper el frente occidental,
que se encontraba estancado.
Esto significa comenzar una nueva forma de conflicto: la guerra
de desgaste. Ya comentamos anteriormente, que los generales de ambos bandos
planificaban sus estrategias según las guerras pasadas, y ésta ya había
demostrado ser diferente por muchos motivos, entre otros por el poder de
destrucción de las armas modernas. Entonces, los altos mandos que no hicieron
gala de ningún tipo de creatividad y a los que no les importaba en lo absoluto
el sacrificio de vidas humanas plantearon las 2 peores batallas de la guerra. Dos
auténticas carnicerías para ganar 15 metros de terreno. La guerra de desgaste es justamente eso,
desangrar de tal manera al enemigo que no pueda más; es envíar gente a morir
para avanzar 15 metros y ser repelidos por la artillería, entonces el
adversario avanza esos 15 metros hasta que son barridos por las ametralladoras
y la artillería. Así al final del día murieron entre 10.000 y 40.000 personas y
nadie avanzó absolutamente nada. Ese era el plan de los genios de los altos
mandos.
Así, se les ocurre tomar una colina, que tenía un alto grado
de simbolismo patriótico para los franceses. Un lugar que los franceses no
permitirían, bajo ningún término que los alemanes. La batalla de Verdún como
tal va a durar desde febrero hasta diciembre de 1916. Una agonía infinita que
no definía nada. Los franceses van a resistir y les van a infligir a los
alemanes tantas bajas como las que ellos recibían. Cuando termine la batalla
habrán 1.000.000 de personas por 15 metros de morondanga.
Sin mencionar el uso de nuevas armas aterradoras como el
lanzallamas y los gases tóxicos (y así comienza el uso de armas químicas en la
guerra) y las condiciones de vida en las trincheras. Una generación entera se
perdió en estas batallas tan inútiles, que solo demuestran la incapacidad de
los líderes militares, un capital humano que no puede reponerse y que se perdió
para siempre.
Tierra de nadie en Verdún |
Tumbas en Verdún |
Huellas de las trincheras de Verdún |
Pero como si esto fuera poco, después del infierno de Verdún comienza
la batalla del Somme, que es peor, esta vez con los ingleses, que cuentan con
que el ejército alemán este exhausto. Y es la misma carnicería. Esta batalla
empieza en septiembre y cuando termina las bajas se cuentan en 1.200.000 soldados,
por 16 km sin ninguna importancia para nadie.
Ni Somme ni Verdún fueron importantes militarmente (como no
lo serian ni Stalingrado ni Londres en la 2ª GM) y esto es lo absurdo y lo
aterrador. Nadie detuvo a esta gente que sentía por la vida humana un desprecio
tan cruel.
Montañas de proyectiles lanzados en Somme |
Tierra de nadie en Somme |
Después de estas batallas, el frente occidental queda exhausto.
Y von Falkenhayn es depuesto de su cargo. La historia termino dándole la razón
a von Hindenburg y Ludendorf que fueron restituidos, y se volvió a prestar
atención al frente oriental (en realidad para desarticularlo y así liberar
todos esos recursos para seguir combatiendo en el frente occidental).
EL CIERRE DEL FRENTE ORIENTAL – LA REVOLUCIÓN RUSA
Cuando los alemanes se
vuelven con todo hacia el frente
oriental, los rusos van a sufrir un desangre similar a los del frente
occidental y empiezan a desertar. El desbaratamiento del régimen zarista ya
estaba tan avanzado, que los soldados ya no entendían para qué estaban luchando.
En las ciudades se cobraban impuestos altísimos para mantener a los soldados,
pero estos impuestos se los quedaban corruptos y acaparadores, y a los pobres
soldados no les llegaba nada y no comían. La situación de hambre, de miseria y
de frío que están experimentando en el frente oriental los rusos no era
distinta al hambre y miseria del resto de las ciudades de Rusia.
A la postre, el proyectil más letal, contundente y con
efectos más a largo plazo de la guerra, no saldría de un cañón, sino de una
biblioteca; no saldría del frente sino de la neutral Suiza e iría en un tren
especial sellado a través de la frontera alemana (en él iban Lenin y sus 32
revolucionarios). Lenin le va a proponer al alto mando alemán que él tiene la
forma de hacer que la revolución en Rusia funcione, y que una vez que lo logre,
va a sacar a Rusia de la guerra, lo que
libera las tropas y recursos alemanes del frente oriental para utilizarlas en
el occidental que está absolutamente estancado. Para ello les pide que nadie
revise el tren que irá sellado a través de territorio alemán y con destino a
Rusia. En ese vagón viajaba la historia del siglo 20…
Si bien el plan de que
una revolución obrera prospere en Rusia no era un panorama alentador a largo
plazo, los alemanes simplemente pensaron en el agotamiento de la tropa y de la población
que empezaba a estar harta de la guerra, y dijeron que ya verían que hacían
luego cuando la revolución obrera rusa empezara a querer expandirse por el
resto de los países.
A todo esto en Rusia, había comenzado una huelga general,
miles de trabajadores se adhieren. El zar manda a los soldados a reprimir la
huelga en San Petersburgo, pero lo que ocurre es que una parte de los soldados,
empieza a confraternizar con los huelguistas. Al cabo se dan cuenta que tienen
mucho más en común con las penurias de los obreros, que con la lealtad a un zar
que no demuestra tener ningún tipo de respeto por la vida de sus hombres. Allí
se rompe el ejército. Así ha comenzado la revolución rusa.
El zar es depuesto, Rasputín es asesinado, y todo estaba
“prendido fuego”. Nicolás abdica en su
hermano Miguel, que poco tiempo después, abdica también (así termina la
dinastía de los Romanov que venía desde 1616). Sube un gobierno provisional al
mando de Kerenski, pero no puede sacar a Rusia de la guerra (como todos
quieren) porque no puede desconocer el sistema de alianzas que rige.
Aparecen los soviets, que son órganos coordinadores (sistema
que ya se había ensayado en la reprimida revolución de 1905) y va a haber una
dualidad de poder. Una dualidad de poder, en la práctica, es un vacío de poder.
Rusia sigue desangrándose en la guerra, y Lenin parece tener la solución a este
problema.
Cuando Lenin llega a Finlandia en abril es recibido en la
estación con un montón de banderas rojas (símbolos del reconocimiento a su
liderazgo en la revolución), y allí pronuncia
las Tesis de abril: todo el apoyo para el Soviet, nada de apoyo para el
gobierno provisional, paz y pan. En octubre de 1917, los revolucionarios toman el
palacio de invierno de los zares donde sesiona el gobierno de Kerenski, y así,
la revolución que comenzó en febrero con la huelga general y se había
dinamizado en abril con la llegada de Lenin, se convierte en la revolución de
octubre.
Entonces es cuando Lenin cumple con lo que les había
prometido a los alemanes. Pero Rusia no puede salirse así no más de la guerra,
sino que tiene que ceder algo, ya que retirarse de la guerra significa, ante
todo, considerarse vencido de ante mano. Por eso firma con Alemania el tratado
de Brest Litovsk, por el cual los territorios de Lituania, Letonia y Estonia
quedarán en manos de los alemanes, y a cambio de eso sale Rusia de la guerra. Así
terminó y se desintegró el frente oriental. Inglaterra y Francia se van a morir
de la bronca porque se metieron a la guerra por Rusia, y a mitad de camino
Rusia los deja colgados y empantanados en un frente que no avanza ni retrocede.
A TODO ESTO, EN EL IMPERIO AUSTRO HUNGARO…
En noviembre de 1916, mientras se libraba la encarnizada
batalla de Verdún, a los 86 años y después de 68 de reinado moría Francisco José,
emperador de Austria Hungría, con el mismo convencimiento de toda su vida de
que, detrás de todo cambio operan las fuerzas del mal. El estado multinacional
que conformaba el imperio austrohúngaro estallará en pedazos al final de la 1ª
GM, y la muerte de su emperador, marcó el principio de ese proceso de
desintegración.
OTRAS DELICIAS TECNOLÓGICAS Y CÓMO EEUU TERMINÓ METIÉNDOSE EN LA GUERRA
Al mismo tiempo, Alemania decide llevar la guerra a los
mares, pero no con barcos (no puede enfrentar de igual a igual a la mayor
armada del mundo) sino con submarinos.
A lo largo de 300 años de batallas en el mar, existían una
serie de protocolos de acción en la batalla marítima: para atacar a un barco
mercante hay que darle previo aviso, esperar que se evacue la tripulación, y
rescatar los sobrevivientes. Alemania desconoció todos los protocolos y torpedeó
barcos mercantes para intentar cortar el suministro de alimentos y otros
recursos que recibía Inglaterra, y que le permitía tener el frente occidental
bien provisto.
Inglaterra, a su vez, mantenía estrangulada la economía
alemana con un bloqueo naval que no permitía que salieran exportaciones ni que
ingresara absolutamente nada a Alemania.
Todos los códigos se rompieron en esta guerra: los de las
batallas en el mar, el uso de lanzallamas, de gases tóxicos, los ataques a
civiles y dejarán sentados los precedentes para que la próxima guerra sea aún
peor.
En este plan, Alemania hunde el Lusitania, un transatlántico
de lujo que, si bien transportaba algunas municiones encubiertas, trasladaba más
de 2000 civiles (de los que se salvaran poco más de 700), entre los que había
128 norteamericanos.
Esto enfurece a la opinión pública estadounidense, que
estaba, hasta entonces, absolutamente convencida de mantenerse aislados de los
conflictos europeos. Tan es así, que Woodrow Wilson, presidente reelecto, había
logrado dicha reelección con el lema “Nos mantuvo fuera de la guerra”.
Pero si se necesitaban más motivos para convencer a los norteamericanos, la inteligencia inglesa,
intervino una comunicación clasificada de la cancillería alemana en la que se
instaba a México a que ataque a EEUU
desde el sur con la promesa de recuperar los amplios territorios que estaban en
disputa entre ambos países. Con esta estrategia, Alemania planeaba mantener la
atención de EEUU distraída en sus asuntos domésticos y evitar que se decida a
participar en la guerra europea. Y porque nada sale como se lo espera, EEUU
termina entrando en el conflicto, aun en contra de su voluntad.
Como siempre espero que lo hayan disfrutado y aguardo sus comentarios....
Hasta la semana que viene
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