LA RECONSTRUCCIÓN: ITALIA (Capítulo 31)


Esta semana analizamos la reconstrucción de otro de los protagonistas de la segunda guerra mundial: Italia. Observamos que cada historia tiene sus particularidades, sus sufrimientos, sus recursos para salir adelante, y sus lecciones históricas que aprender...

LA RECONSTRUCCIÓN DE ITALIA


Como vamos viendo, cada reconstrucción es diferente. Todos los pueblos son diferentes, con sus fortalezas y debilidades. Cada uno con sus propias lecciones históricas para aprender. Italia no es la excepción, su situación era diferente a la de los demás países, y su proceso de reconstrucción y reflexión sobre sus errores también será particular.

Repasemos brevemente cómo se encontraba Italia, cuya posición era bastante sui generis. Después de la ejecución de Mussolini, se desata la guerra civil entre los partisanos y los fascistas. Simultáneamente, Alemania invade Italia para contrarrestar el avance de los aliados (después de los desembarcos en Sicilia y Anzio). Es decir, Italia se ve asolada entre 4 fuegos diferentes y abandonada a su propia suerte. Si bien logran salvar la mayor parte de su patrimonio artístico y cultural (porque las grandes ciudades no van a ser bombardeadas), toda su infraestructura queda en ruinas. El colapso italiano, a diferencia de Alemania y Japón, que quedaron reducidas a escombros, va a ser más moral, político, como proyecto mismo de sociedad. Se dieron cuenta de que todo les falló: el fascismo, el sueño de recuperar la grandeza del imperio, la rebelión, etc. Si todo les falló, ¿Qué van a hacer ahora?

La reconstrucción italiana puede analizarse en dos períodos: hasta el ´47 que estuvieron ocupados por los norteamericanos; y a partir de entonces que tuvieron que decidir qué hacer con su país.

1ER PERIODO: OCUPACIÓN NORTEAMERICANA.

Mientras dura la ocupación estadounidense, la situación va a ser compleja. Los italianos esperaban ser tratados como una nación aliada, ya que durante los últimos dos años de la guerra, una vez depuesto Mussolini, habían luchado contra el fascismo, es decir habían cambiado de bando. Vana esperanza. Desde el punto de vista de los aliados, los últimos dos años no compensaban los 20 que habían pasado bajo el régimen fascista. Después de todo, el fascismo era un invento italiano, que luego Hitler copiaría y llevaría a límites insospechados. En conclusión, quedaron mal con ambas partes, y no obtuvieron nada a cambio (exactamente igual que en la 1ª GM).

Italia ya era pobre antes de la guerra. El fascismo había logrado una aparente recuperación económica pero no estaba sustentada por una verdadera industrialización. Sus ejércitos eran de desfile, como luego quedó demostrado en la guerra. Todo era una gran puesta en escena. Ahora eran más pobres que antes. A la orgullosa Italia no le queda otra más que prostituirse para sobrevivir. Esta fue la realidad de muchos italianos e italianas.



Es por esto que los 1os años después de la guerra son muy amargos. La sensación de indignidad, de miseria, de derrota y de estafa les duele profundamente. Todo les falló y el panorama que tienen por delante no es más alentador, porque ya no saben qué intentar. El fascismo con todas sus promesas de bienestar y grandeza los hundió en una guerra que no estaban en condiciones de afrontar. Cuando se rebelaron contra el sistema, con la esperanza de no quedar tan mal parados cuando la guerra terminara, tampoco resultó, ya que de todos modos fueron tratados como nación vencida.

DESPUÉS DE LA OCUPACIÓN.


Una vez retiradas las tropas norteamericanas, a los italianos les va a quedar el enorme desafío de decidir qué país van a construir a partir de entonces. Desde su unificación como estado nacional, Italia había sido una monarquía. Esta institución había servido como salida para destituir a Mussolini. Pero también era cierto que esa misma monarquía era la que había permitido que el fascismo se instalara cómodamente en el poder. Por lo tanto, la primera cuestión a decidir era si seguían siendo una monarquía o por el contrario se transformaban en una república. El sur era mayoritariamente monárquico y la república reunía más simpatías en el norte. Para zanjar la cuestión se convocó un plebiscito. El resultado fue que ganó la república por un margen bastante estrecho.

La siguiente cuestión a resolver era el tema de la representación política en esa república. En un principio se buscó formar un gobierno de coalición en el que todos los sectores estuvieran representados. Poco tiempo después, la coyuntura europea de la guerra fría los empujó a una solución diferente. Los comunistas eran un sector muy fuerte dentro de Italia, con mucha representación en la gente. Sin embargo, Italia había quedado del lado de la servilleta de Churchill, por lo tanto no se iba a admitir un gobierno netamente comunista. Por lo acordado en Yalta, Stalin no podía apoyar proyectos comunistas en los países que no le habían tocado en la negociación. Así, la izquierda italiana, por mucho apoyo que tuviera de la población no estaba en condiciones de ofrecer una alternativa económica para la reconstrucción de Italia. Esa alternativa solamente la ofrecía el Plan Marshall, cuyo principal requisito para acceder a la financiación era ser occidental, capitalista y pro norteamericano. No había mucho por discutir.

La salida que encontraron los italianos fue la siguiente: gobierna la democracia cristiana (lo que garantiza la entrada al Plan Marshall) y el comunismo es siempre oposición, lo que garantiza que haya un plan social de recuperación para los trabajadores. En una película de la época, llamada Don Camilo se ilustra la situación política en que queda Italia: en un pueblo donde el alcalde es comunista y el cura párroco obviamente católico; se pelean todo el día, se dicen de todo y no están de acuerdo en nada; pero ambos ponen por delante la prioridad de reconstruir el pueblo, y en esa empresa están todos juntos.

Dentro de los acuerdos básicos a los que llegan los diferentes sectores de la sociedad, está la cuestión del Estado del Vaticano. Este tema lo había resuelto Mussolini a través del Tratado de Letrán. Pero deciden mantener lo acordado ya que ponía fin a 7 siglos de luchas internas.

Lo que no va a ser tan fácil de resolver será la cuestión de la fragmentación y las diferencias entre el norte y el sur. Esta división era preexistente, pero cada vez se irá haciendo más notoria. El norte de Italia es el que tiene una mayor influencia germana (Alemania y Austria) y es el primero que se va a industrializar. Ciudades como Turín y Milán se irán convirtiendo en ejemplos de prosperidad y trabajo. En cambio el sur se mantendrá pobre y atrasado todavía durante bastante tiempo. Como siempre que estas diferencias se producen, no faltan las facciones del norte que proponen una separación entre ambas regiones, cansadas de subsidiar al sur atrasado y pobre. Más allá de que las diferencias culturales y económicas subsistirán durante mucho tiempo, los italianos logran salir adelante, tal vez no consiguen una Gran Nación (Italia también es la tierra de la corrupción y las mafias) pero sí logran acuerdos suficientes como para salir adelante entre todos.

LECCIONES HISTÓRICAS APRENDIDAS


-          Antes que nada, y al igual que el resto de los pueblos que transitaron por esta penosa experiencia, a los italianos se les impone la tarea de reflexionar y preguntarse qué les pasó. La forma que este pueblo va a encontrar para indagarse profundamente es a través del cine. Los italianos son, ante todo artistas, y es a través del arte que van a canalizar sus reflexiones. El neorrealismo italiano como estilo cinematográfico ira relatando las instancias de lo que Italia tuvo que atravesar. Películas como 2 mujeres, Novecento, El conformista, Don Camilo, La dolce vita, entre tantas otras.

-          La tolerancia: la tragedia y la desolación los llevó a comprender que sus diferencias internas no deben entorpecer el desarrollo italiano. Sus divergencias no deben llevarlos al punto de matarse unos a otros para imponer sus ideas, sino muy por el contrario deben aprender a convivir con las ideas del otro.

-          Su relación con Europa: cuando llega el dinero del Plan Marshall a los italianos no les queda un margen muy amplio para elegir, así que deciden subirse al tren de Europa y que ésta los empuje. Italia no estaba adecuadamente industrializada, no tenía reforma agraria, etc. Su gran sabiduría consiste en darse cuenta que si no aceita bien sus relaciones con Europa, no podrá salir adelante. El mérito histórico resulta de comprender de qué lado de la marea geopolítica le toca estar y aceptar que sus diferencias no deben ser tan profundas como para desarticular la sociedad.

-          Turismo: lo que va a salvar a Italia es el enorme patrimonio cultural y artístico que posee. Además de sus costas mediterráneas. La mayoría de sus tesoros se salvaron de la guerra. Y si hay algo que Italia tiene es pasado, así que convierte su pasado en una ventaja para ofrecer a los turistas cuando Europa empiece a prosperar (los primeros en llegar serán los alemanes algunos años después de la guerra). Toda la Europa resurgente invertirá en el turismo italiano, así que si bien no resolvieron muchos de los problemas económicos de base que tenían, se las ingenian para crear otro tipo de empleos: servicios en turismo.

Como conclusión la reconstrucción italiana, fue heterodoxa, diferente a la de los demás pueblos (cada uno tuvo sus particularidades). No fue tan espectacular como otras. No terminó de ser lo que querían unos y otros. Pero fue la que pudieron hacer entre todos.

Nos tomamos dos semanas de vacaciones de invierno, pero a la vuelta nos meteremos de lleno en la reconstrucción de Francia.
¡Hasta la próxima!

Comentarios

  1. Felices vacaciones!Que pases super lindo.A lo mejor te suene raro,pero yo te quiero aunque no te conozca en persona,pero me hice adulta conociendo tu existencia.

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