LA CAMPAÑA EN RUSIA (CAP 13)

Alemania traiciona el pacto que firmó con Stalin, y va por la URSS, en la Operación Barbarroja. Italia invade Grecia y Yugoslavia. El invierno deja atrapados a los alemanes en territorio soviético. Hasta ahora, Hitler sólo había cosechado triunfos. Ahora empieza a ver, que para ganar esta guerra, se requiere más...

LA CAMPAÑA DE RUSIA


Alemania y Hitler se florean por Europa, la vida les sonríe y consideran que es momento de seguir adelante con sus planes; por eso,  antes de terminar la batalla de Inglaterra, ya están planeando la Operación Barbarroja: la invasión a Rusia, (que, dicho sea de paso, siempre fue el objetivo).

Hitler planea minuciosamente la invasión a Rusia

La operación está minuciosamente planificada (como buenos alemanes que son), sin embargo se encuentran con un pequeño contratiempo de 5 semanas. Sucede que a Mussolini le dio el ataque de recuperar la grandeza del imperio romano y consideró que era una buena idea, comenzar por los territorios que les escamotearon a fines de la primera guerra mundial. ¡Otra vez Trieste y Fiume! Solo que ahora, en virtud de lo acordado en el Tratado de Versalles, no estaban en manos de Austria sino de la recientemente formada Yugoslavia. Y allí fueron los italianos a meterse ¡otra vez en los Balcanes! Entraron por Grecia y Yugoslavia y, como era de esperar, les dieron sopa y seco ya que no tenían un ejército a la altura de sus planes. Con la cola entre las patas tuvieron que pedirle a Hitler que les enviara refuerzos para vencer a los yugoslavos.

#La mandolina del Capitán Corelli (película)

Esto contrariaba los planes de Alemania, que tenía todas sus energías puestas en la campaña en Rusia, pero, nobleza obliga, un aliado es un aliado y no se deja en la estacada. Hitler le preguntó a sus generales cuánto tiempo pensaban que les demandaría la invasión a Rusia, y éstos, siempre  obsecuentes, le respondieron 6 semanas. Ayudar a Italia en los Balcanes, los retrasaba un poco, pero si realmente en 6 semanas Rusia estaría doblegada, podían permitirse el retraso. Estaban justos, pero la eficiencia alemana lograría cumplir las dos instancias.  Finalmente, el rescate alemán le demandó 5 preciosas semanas. ¿qué diferencia hacía una semana más o una semana menos? Era imprescindible, invadir a Rusia, antes que llegue el invierno (ni siquiera hay que explicar por qué).

Mientras tanto, en las montañas de Yugoslavia, un personaje que en la posguerra y en la guerra fría será fundamental, Josip Broz Tito, organiza la resistencia con guerrillas de todas las nacionalidades de Yugoslavia. Los Balcanes cayeron en manos de los nazis en las ciudades, pero no en el interior, en las montañas. En Croacia, como sucedería en algunos pueblos ocupados, se creó un estado subsidiario del 3er Reich, la Ustacha, un estado cruel, totalitario, que entre otras atrocidades se dedicó a perseguir serbios además de judíos.

Símbolo de la Ustacha, el estado pro nazi croata.


Volviendo a Rusia, cuando la Orquesta Roja, una de las principales redes de espionaje soviéticas, le avisa a Stalin, que Alemania está preparando y movilizando ejércitos cerca de la frontera con Rusia y que planean una invasión; increíblemente  Stalin no les cree. No es que al líder soviético se lo pudiera acusar de ingenuo o crédulo, era un tipo duro y paranoico como ninguno. Sin embargo, cree que Hitler no traicionará el Pacto de No agresión. Por su parte, Hitler cree que la URSS es pan comido. Después de ver cómo le plantaron cara los finlandeses, en 1936, está convencido de que el ejército rojo no está a la altura de la poderosa Wehrmacht y sus divisiones blindadas de Panzers. Cree firmemente que la campaña se completará en las 6 semanas vaticinadas por los generales, y antes de que llegue el invierno, la URSS y todos sus recursos estarán en poder del Führer.

Y allí fueron los alemanes a Rusia. Sin un objetivo claro y concreto y con demasiado territorio para dispersarse. Moscú no era el primer objetivo, porque allí había sido vencido Napoleón. Alemania quería: el petróleo de los Urales, Stalingrado por su valor simbólico (era la ciudad de Stalin) y Leningrado. Muchos objetivos, muy lejanos entre sí, mucho terreno que cubrir.



Cuando los alemanes empezaron a adentrarse en territorio soviético, se encontraron con que varias poblaciones (Lituania, Letonia, Estonia, Chechenia) tenían sus propias cuestiones internas con la URSS, y en un principio, estos pueblos vieron a los alemanes como liberadores del yugo soviético. Los alemanes, podrían haber aprovechado la grieta, ponerse a estas naciones de su parte y luchar juntos contra los soviéticos. Pero ¡no! Cuando la soberbia supera a la astucia se toman decisiones equivocadas. Los alemanes no iban a luchar codo a codo con nadie que consideraran inferior (racialmente hablando, para lo demás ya tenían a los italianos). Estaban convencidos de que ellos solos podrían contra Rusia, y de ninguna manera iban a aceptar colaboración de los infrahombres eslavos, que solo existen para ser dominados por una raza superior. Así que imparten la política de exterminio, crueldad y soberbia que impusieron en todos los pueblos ocupados. Pero sobre éstos especialmente, porque eran eslavos. El plan original del Reich era la gran Alemania que llegaría en su espacio vital hasta los Urales, y que todo ese territorio sería “limpiado” de eslavos para asentar allí a los germanos de raza superior. Así, con esta actitud, estos nuevos pueblos invadidos, se cohesionan, cierran filas y se unifican para defender a Rusia (más vale malo conocido, que Hitler por conocer). Stalin da la orden de tierra arrasada, y estos pueblos, decepcionados, la cumplen a rajatabla. Tierra arrasada significa llevarse lo que se puede encima y el resto se quema hasta los cimientos para no dejarle nada al enemigo de lo que pueda valerse, ni alimento, ni refugio, ni puentes,  ni nada.

Los alemanes subestimaron a los rusos, como hicieron siempre, con todos. Otra vez se equivocaron, los rusos estaban dispuestos a defender con su sangre cada centímetro de tierra de la santa madre Rusia.

Un acontecimiento torció el destino de la guerra. Un espía alemán (que por encima de su nacionalidad, era un comunista convencido) le informó a Stalin que Japón no pensaba atacar el territorio de la URSS por el este. Con este dato, el líder soviético movilizó una gran cantidad de ejércitos que tenía apostados sobre ese sector, para protegerse de un eventual ataque japonés, y les ordenó sumarse a las tropas que defendían el frente occidental ruso contra los alemanes. Eso significó una interminable oleada de divisiones rusas que llegaban incansablemente  al frente. Sin ellas,  los rusos no hubiesen podido detener a los alemanes, y la guerra hubiese tenido otro rumbo.

Las batallas más arduas y más sangrientas se libraron en territorio ruso. Los alemanes avanzaban y cada vez se alejaban más de sus líneas de abastecimiento, los meses pasaban y no encontraban comida ni infraestructura que pudieran aprovechar.  Y empezaron a echar en falta esas preciosas 5 semanas que perdieron en los Balcanes, donde no tenían nada que ganar. Llegó el “General Invierno” y en esta ocasión, y para defender a su pueblo, se desató el peor invierno de los últimos 150 años. Los alemanes que creían que la campaña estará completa en 6 semanas, ni siquiera habían llevado ropa de invierno (prever otra cosa hubiese sido derrotismo). La soberbia y la inoperancia de Hitler como conductor de las tropas, lo llevó a ordenar a los generales del frente ruso que NO retrocedan bajo ningún concepto, impidiendo la guerra defensiva. Así, los generales perdieron cuantiosas tropas, que principalmente murieron de frio y de enfermedades.

El General Invierno que defiende Rusia


Sin duda, entre las batallas más terribles de esta guerra estuvo la batalla de Stalingrado, una ciudad que no tenía ningún valor desde el punto de vista militar y donde los alemanes invirtieron una gran cantidad de recursos y vidas humanas. Si todos esos recursos se hubiesen destinado a quedarse con el petróleo de los Urales, el resultado hubiese sido diferente.  Pero se empecinaron en Stalingrado. Hitler arrogante y lleno de odio racial no permitiría que los rusos conservaran la ciudad de su líder. Allí se desangraron, sin poder retroceder para reagrupar fuerzas. Esta batalla, por su simbolismo e importancia la analizaremos en un capítulo aparte.

En el próximo capítulo nos meteremos en los planes de expansión de Japón y la guerra en el Pacífico.
Espero que lo hayan disfrutado, hasta la próxima...

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