LA ALEMANIA NAZI - 1° PARTE (CAP.9)

El capítulo de hoy es más que interesante. ¿Cómo adaptó Hitler el modelo fascista para convertir a Alemania en una sociedad totalitaria? ¿Cuáles son los componentes propios del nazismo? ¿Cómo pudo suceder algo así?. Este es un capítulo con muchos links y material adicional. Imperdible. ¡Que lo disfruten!

ALEMANIA EN LA ERA DEL NAZISMO (1ª parte)


CUADRO DE SITUACION Y MODELO BÁSICO


El modelo alemán será una copia del fascismo italiano, que Hitler observó cuidadosamente desde la llegada al poder de Mussolini (1922), lo tomó y  adaptó a las características del pueblo alemán.

El modelo básico, en ambos países, presenta las mismas características:
1.      Totalitarismo

2.      Acción directa

3.      Instituciones débiles que no pueden oponer resistencia y terminan desintegradas

4.      Verdad única

5.      Mano dura y orden

6.      Trabajo sobre la masa

7.      Culto a la personalidad del líder

8.      Toma del poder

9.      Toma de la sociedad en todos sus ámbitos: creación de clubes para darle sentido de pertenencia a todos los sectores sociales, todas las personas de todas las edades y sexo terminan colocadas dentro de alguna agrupación creada por el régimen. Esto colectiviza la sociedad, unifica la ideología. Genera UNANIMIDAD MENTAL. Y todo aquel que no pertenece a esos grupos queda aislado y se lo considera una amenaza.

10. Reivindicación de un pasado glorioso a un pueblo que se siente humillado y estafado

11. Grupos de choque

12. Insignias

13. Uniformes

14. Obras publicas monumentales (empleo)

En Alemania, la situación era muchísimo peor que en Italia. Lo que en esta última era un sentimiento de estafa por el resultado de la guerra, para los alemanes directamente era humillación y traición (su territorio había sido despedazado). Lo que en Italia era crisis económica, en Alemania era hiperinflación, hambre y una deuda impagable.

# El huevo de la serpiente (película) https://www.youtube.com/watch?v=Ss-hRjhIAM4

La república de Weimar estaba totalmente desbordada y el socialismo completamente desprestigiado. Los habían dejado como la cara visible del tratado de Versalles, y pagando los platos rotos de una guerra a la que ellos, los socialistas,  se habían opuesto desde un principio. En esas condiciones no podían ofrecer soluciones a la espantosa crisis en la que Alemania se encontraba.

EN LO POLÍTICO


El nazismo comenzó, al igual que el fascismo, por cooptar al movimiento obrero, y lo hizo de la misma manera, ofreciéndoles derechos a cambio de que no hagan huelgas. Más adelante cuando llegó al poder, generó empleo de una manera impresionante y provocó este orgullo del pueblo de sentirse parte de un proyecto colosal.  Listo, los trabajadores ya están adentro. Tampoco es que tuvieran alguna otra alternativa, a todo aquel movimiento obrero que se opusiera, los mataban. ¡Eso es lo bueno de contar con un grupo de choque siempre a mano y naturalizar la acción directa como forma de hacer política.! Y como ya se había eliminado a los espartaquistas (a fines de la 1ª GM), se había quitado de en medio al único grupo que podría haber hecho una crítica radical y oponerse al proyecto del nazismo.

Siguiendo con las comparaciones, al igual que el modelo italiano, el nazismo no tiene una doctrina rígida, sino que se va a acomodando. Pero la diferencia sustancial con el modelo fascista tiene que ver con el sentido de la autoridad, de la obediencia y de la disciplina que caracteriza al pueblo alemán. Este sentido de la obediencia sumado al modelo importado de Italia, dará como resultado algo muy serio, casi aterrador. En Italia, eso era compensado por el histrionismo casi de opereta de Mussolini, pero Hitler y los alemanes no tienen ni un pelo de gracia.

En 1933 Hitler llegó al poder por el voto popular. Fue  elegido canciller con un discurso en el que le dice a cada sector lo que quiere escuchar y apoyado por sus grupos de choque, que transmiten la idea de que ellos sí pueden llevar a cabo lo que prometen, y finalmente encontrar una salida a la caótica situación en la que se encontraba Alemania.

Ni bien accede al poder, Hitler decide desconocer el oprobioso tratado de Versalles que había llevado a Alemania y a su pueblo a esa situación tan lamentable en la que se encontraba. Al hacer eso, todo el dinero que se iba en la indemnización para la reconstrucción de Europa, ahora se invertía en Alemania. ¿En qué se invertía? Entre otras cosas se reconstruyó el ejército y comenzó un furioso rearme (el tratado prohibía a Alemania tener un ejército que superara los 100.000 hombres y también le prohibía rearmarse). Muchos no quisieron verlo entonces, y desde ya que con el diario del lunes, el resultado siempre es fácilmente predecible, pero el proyecto de Hitler y el nazismo fue, desde un principio, la guerra. Los primeros años los ocupó en fortalecer al ejército y generar en la conciencia de la población un estado de convencimiento absoluto de que la guerra era el único medio.

Con el nuevo empuje que le dio al ejército, irónicamente mató dos pájaros de un tiro. Por un lado el crecimiento del empleo en todos los sectores vinculados con la producción de armas. Por el otro, Hitler se mete en el bolsillo a los militares (incluso a los tradicionales generales prusianos que lo despreciaban porque era un don nadie), a quienes convierte en líderes de la sociedad recubiertos de valores provenientes de la mitología germana.

En el régimen nazi, todas las ideas e inventos sobre nuevas armas eran atentamente escuchados por el Führer  y alentados con dinero para su desarrollo. Hay ámbitos donde se cree que cuanto más sofisticadas y mortíferas son las armas, más desarrollada y evolucionada es una sociedad. Cuando en realidad, una forma de matar más sofisticada significa más gente muerta de una manera más eficiente, lo que nos lleva a la duda de si eso es realmente una evolución o un signo de avance.

En 1934, ambos modelos, el fascismo y el nazismo,  se encuentran y se cruzan, ya que ambos eran proyectos expansionistas, y los fascistas italianos, que ya estaban en el poder desde el ´22, en 1934 invaden Etiopía.

EL COPAMIENTO DE LA SOCIEDAD


Los discursos de Hitler van haciendo sentir a todos que son partes de algo verdaderamente grande. El Reich está destinado a durar 1000 años, y todos se van sintiendo vinculados a partir de las agrupaciones que se van formando en la sociedad y mediante las cuales el régimen se va metiendo en todos los aspectos de la comunidad.

A través de esos discursos se instala la idea de que es la hora de la justicia, de la reparación por la humillación sufrida en Versalles. Hasta ahí es reparación. Pero a continuación se instala la idea de que a Alemania la traicionaron porque ellos son un pueblo superior, porque los quieren condicionar para que no desarrollen toda su superioridad. La actitud de Francia en el Tratado de Versalles, viendo que ya Rusia no podría ser su aliada por haber comenzado el proceso de la revolución, y que Francia sola no podría contra Alemania, y por eso plantearon el desmembramiento, la prohibición de armarse y la tremenda carga de financiar la reconstrucción, para así asegurarse que Alemania no pudiera levantar cabeza, parecía confirmar las ideas del nazismo de que todo aquello se lo hacían a los alemanes porque eran un pueblo superior.

Todos los sectores de la sociedad estaban invadidos por el partido. No quedaban muchas posibilidades de que las personas no estuvieran integradas a las distintas agrupaciones (según sexo y edad), si una familia, por ejemplo, no tenía a sus hijos en las Juventudes Hitlerianas, recibía menos raciones de mercado y eran señalados por la calle como gente peligrosa, como quien puede oponerse al régimen. No había espacio ni posibilidad alguna de oposición.

Continuando con el copamiento de la sociedad, al mejor estilo fascista, el nazismo convirtió a las mujeres en reproductoras del futuro ejército alemán. Reproductoras de la raza aria superior. Se aplicaron fuertes políticas de subsidios para incentivar los nacimientos.

Así, se reemplaza la ideología por la educación, ya no se enseña historia del mundo, sino historia alemana; todo se enseña según la mirada del Reich. La educación se suplanta por la propaganda de Goebels (ministro de propaganda del régimen).

Y como en todo régimen totalitario que se precie, se queman libros. Públicamente, grandes hogueras en las que arde lo más excelso del pensamiento alemán y universal. No vaya a ser cuestión que a la gente se le dé por entender de qué va la cosa y se subleve.

# https://www.youtube.com/watch?v=BJSFIIO8y-g (fragmento de Fahrenheit 451 sobre la quema de libros)

«Oye: en mayo del 33, los nazis quemaron los libros de Freud en una de las tantas hogueras de la cultura que encendieron en Berlín. Y creo que hicieron bien, puesto que ya no se necesitaban libros de Freud, allí donde Hitler le había robado toda la clientela posible con un método mucho más sencillo y más económico que el psicoanálisis… Adolfo ocupaba, manu militan, el consultorio de Segismundo. Y para sacar energías de los inhibidos, de los frustrados, de los débiles; para librar de sus fantasmas y complejos a los “ninguneados” y humillados, a los amargados, los insatisfechos, los cornudos, los fetichistas, los sadomasoquistas, los maricones inconfesos, los obsesionados, los lumpen indecisos, los hambrientos de autoridad, los déspotas con las medias rotas, los Ávidos de Insignias y Mando, los aprendices-asesinos del Padre, no hay como el regalo de un par de botas, un cinturón de fuerte hebilla y un brazal rojo y negro. El derecho de aullar Sieg Heil! a todas horas del día vale por todo lo que pueda largar un paciente, a retazos, en larga y difícil catarsis del subconsciente. El día en que un olor a talabartería invadió el país, la partida fue ganada. Millones de corazones oscuros latieron a cuatro tiempos en compás de marcha militar; salieron garras a los borregos, se auparon los enanos, se hicieron feroces los serviles, las apetencias reprimidas se calzaron de cuero embetunado, y los homosexuales se enredaron en una maraña de correajes y de arreos militares que, al punto, se les hizo consentida y deleitosa prisión. Cantando el Horst Wessel Lied y autorizado a proclamarse Hombre de Pura Sangre y representante de una Raza Electa, cualquier mierda se encasquetó un yelmo de Caballero Teutónico para instaurar un Reinado de Mil Años (siempre 1000, el viejo milenarismo que nunca se contenta con un lapso de uno, dos, tres siglos —y ya sería bastante— sino que necesita de tres ceros para afirmarse en número redondo). El vencedor del buen Segismundo exaltó los valores de la brutalidad, de la suficiencia, del desprecio a las categorías intelectuales, para quienes el mundo intelectual y filosófico resultaba ajeno por inaccesible. ¡Al carajo las categorías kantianas! ¡Al carajo la lógica de Hegel! Ahora, cualquier vendedor de aspiradoras eléctricas o de pólizas de seguro, cualquier cultivador de ruibarbo (¿ignorabas que el ruibarbo, por ser alemán, es superior a los mejores limones del mundo? ¡Entérate por nuestra prensa!), cualquier fabricante de llaveros o broches con la efigie de Hitler (y existe, de esto, toda una industria como la que explota la mitología wagneriana en Bayreuth), se ve como el “junco pensante” de Pascal; en todo caso, un Superhombre ventajosamente desplazado del plano de Nietzsche al plano de Mein Kampf» <Eso, eso es lo terrible: la gente saludable, la gente inteligente, que está marcando el paso. Porque ésos no van engañados. No. Todos han leído Mein Kampf. Todos han escuchado y analizado los discursos de Hitler. Y han escogido. Eso es lo tremendo: han escogido. Han optado por la violencia, la arbitrariedad, la ley del más fuerte, formando bárbaros escuadrones destinados a la quema de libros, la destrucción de partituras, la expurgación de museos y bibliotecas. Ley de la tea, del hacha y de la cachiporra. Y con ello, esos fuertes, esos orgullosos, han empezado a desempeñar su papel de Electos, de Egregios, a tenor de lo publicado por Rosenberg, el pensador, el filósofo, el racista integral, el máximo ideólogo del sistema con la sorprendente particularidad de que él, Rosenberg, es ruso de nacimiento y que sus teorías se alimentan del francés Gobineau y del Charriberlain yerno de Wagner, inglés de pura cepa que sólo se hizo ciudadano alemán a la edad de sesenta y tantos años…».
Extractos de “La consagración de la primavera” de Alejo Carpentier

En este excelente extracto se perfila la razón profunda del éxito de un régimen como el nazi, cómo se alimenta de las pasiones más oscuras y se nutre de los más abyectos complejos humanos para instalar un modelo exitoso, donde todos se sienten incluidos y partes de algo más grande que ellos.

# https://www.youtube.com/watch?v=lv0jav4lNsk  (Tomorrow belongs to me)

La mejor forma de entender cómo pudo haber sucedido una cosa como esta, y peor aún, cómo no estamos libres de que vuelva a suceder es la película “LA OLA” (yo vi la remake alemana de los ´2000, y la recomiendo). No pongo el link porque no la encontré en YouTube pero les dejo un extracto donde se va explicando lo que sucede en la película, con imágenes de la original y la remake. Se basa en hechos reales, en un proyecto que llevó adelante un profesor de secundaria para demostrarles a sus alumnos cuán fácil una sociedad se deja llevar por  los discursos inflamados de un líder, y en poco tiempo, obedece ciegamente cualquier cosa que el líder ordene. No tiene desperdicio.

https://www.youtube.com/watch?v=xZSPWvB52Bc (Extractos y explicación de la película “La Ola”)

EL IMAGINARIO NAZI – LA RAZA SUPERIOR


Uno de las características particulares del nazismo fue la adaptación del principio básico del modelo (“Reivindicación de un pasado glorioso a un pueblo que se siente humillado y estafado”) en la Teoría de la superioridad de la raza aria y la invocación permanente de la mitología germana. A través de los discursos de Hitler se instaló la idea de que los alemanes eran una raza superior, y que por ese motivo, el resto de las naciones querían mantenerlos bajo control. Esta no es, ni por mucho, la primera vez que la idea de la superioridad racial o cultural, permite que algunos pueblos se crean con más derechos que otros, supuestamente inferiores o bárbaros, y donde las vidas y las muertes de unos valgan más que las de los otros. Ciertamente no fue ni la primera, ni será lamentablemente la última, pero el caso del nazismo se cuenta entre los peores, sino el peor de los ejemplos de la historia.

A lo largo de la historia siempre han existido dos corrientes: una que es la corriente de los derechos humanos, de la Ilustración (y antes inspirados por otros pensadores), que busca la convivencia en un marco de respeto y tolerancia. Pero al mismo tiempo, también ha existido otra corriente de pueblos que se creen superiores, que creen que a ellos las leyes no les aplican y que eliminar a los pueblos débiles no resulta contrario a la moral.

El nazismo construirá toda su teoría de la superioridad de la raza aria, haciendo una lectura y una interpretación muy sui generis de ideas de Nietzsche, de la mitología germana y otras teorías pseudo científicas.

 

SIMBOLOGÍA


Una de las cuestiones más características de los totalitarismos es la existencia de grupos de choque y simbología particular, que denota y distingue a quiénes pertenecen al régimen. En el caso del nazismo, los grupos de choque fueron primero las SA, que una vez eliminadas, fueron reemplazadas por las SS. Dentro de la simbología encontramos los uniformes (camisas pardas, brazaletes y uniformes militares); la insignia (la esvástica) y el saludo característico.
Camisas pardas

Esvástica

Saludo nazi


LA CUESTIÓN RACIAL – EL ENEMIGO COMÚN QUE COHESIONA


Otro ingrediente necesario en la cohesión y en el armado del relato, es encontrar un culpable para todos los males de la nación. Inventarse un enemigo, al que combatir para exorcizar así los problemas que aquejan a la sociedad, y simultáneamente cohesionar a todos y unirlos contra el enemigo común. Y cuanto más fuerte y terrible es el enemigo, más necesario es USTED para combatirlo. En el caso del nacionalsocialismo ese enemigo común fue el pueblo judío. Y sobre él se canalizó toda la frustración, el odio y la rabia que el pueblo alemán venia juntando.

La idea del chivo expiatorio, no encontró mayores obstáculos, debido al fuerte germen antisemita que existía en toda Europa. Es por ese motivo que a nadie le llama la atención, ni en Alemania, ni en los países ocupados luego por Alemania. Toda la persecución al pueblo judío, su traslado y aniquilación, sucedió ante la vista de mucha gente que no solo no hizo nada, sino que en muchos casos hasta delato a las familias judías.

Todo esto va a ir ocurriendo paulatinamente, acostumbrando poco a poco a la gente a que la violencia es el medio para preservar a la sociedad. El medio social va siendo más preponderante que el individuo, se van adormeciendo los sentimientos de solidaridad hacia la persona, y la única lealtad es hacia la Nación, hacia el Führer, y hacia el Partido.


Hasta aquí la primera parte. La semana próxima seguiremos analizando las características del nazismo, y los primeros años en el poder hasta el comienzo de la guerra.
Espero sus comentarios, hasta la próxima

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