LA GUERRA FRIA: LA CONSTRUCCIÓN DEL MURO DE BERLÍN (CAP. 37)


Antes de dejar la Guerra Fría en Europa para ver cómo se montó en el resto de los continentes, analizaremos uno de los hechos más infames (de los muchos que hay para enumerar en la historia de la Humanidad). Aquí la separación entre los bloques de Oriente y Occidente; Comunismo y Capitalismo se hace física mediante la construcción del muro



LA CONSTRUCCIÓN DEL MURO DE BERLÍN


Volvamos entonces a Alemania para ver cómo y por qué se convirtió en el símbolo mismo de la Guerra Fría. Sin dudas, Alemania había sido el centro gravitacional en ambas guerras; y ahora, cuando la Guerra Fría se estaba planteando iba a ser la manzana de la discordia, solamente que ahora lo será sin comerla ni beberla, porque los alemanes, aquí, no decidieron nada.

 

INTRODUCCIÓN


El avance de Stalin en los países de Europa oriental parece imparable. Una suerte de pánico empieza a correr entre los líderes de Europa occidental. Parecen mirarse entre ellos y decirse “Si los yanquis nos dejan sin protección militar, próximamente estaremos izando la bandera de la hoz y el martillo”. Este es el temor que tienen ante la implacable avanzada soviética. Así como durante la guerra, la amenaza nazi logró enrolar en un mismo bando naciones que no tenían nada que ver entre sí, y que, de haber sido otras las circunstancias estaban destinadas a ser enemigas. Bien, las circunstancias eran otras y el destino llamaba a la puerta de los otrora aliados. El bloque se rompió ante la destrucción del enemigo común. Pero el nuevo orden mundial imponía nuevos reacomodamientos de bandos. Por lo que, el peligro ahora pasaba a ser Stalin, y occidente cerraba filas para contener el voraz avance rojo.

Cuando los países de Europa occidental le piden a EEUU que se quede a apoyarlos militarmente, los norteamericanos piensan que la única manera de contener a los soviéticos es con una Alemania fuerte y prospera. Una Alemania en ruinas no sirve como “tapón”. Así, toda la estrategia de destrucción y desmantelamiento que con tanto “esmero” se había llevado a cabo durante la guerra, se detuvo. Y se incluyó a Alemania en el Plan Marshall. Pero obviamente esto no iba a ser tan fácil, ni los soviéticos lo iban a dejar así.

 

¿Y ENTONCES?


La URSS había sido muy específica en los acuerdos firmados que la destrucción y reducción de Alemania a un estado pastoril era, para ellos una condición innegociable. Francia en este punto apoyaba la pretensión de la URSS porque una Alemania fuerte y pujante siempre sería un peligro para ambos países. Pero los soviéticos tenían encima, además, el peso de 25.000.000 que no estaban dispuestos a olvidar. Para ellos la venganza era una condición importantísima y no permitirían que el resto de los aliados pasara por alto la cuestión.

El cambio de lectura respecto de Alemania por parte de los aliados occidentales, empezó a ser evidente cuando, de buenas a primeras, se le bajó drásticamente el tono a los Juicios de Nüremberg y a la desnazificación. Los juicios, que un comienzo habían sido presentados como un escándalo internacional, poco a poco fueron quedando reducidos a una cuestión meramente jurídica. Este cambio de estrategia permitía no seguir profundizando la grieta con el pueblo alemán. No fuera que algún día se los  necesitara como aliados. Y ese día no tardaría en llegar.

En cuanto los occidentales empiezan a coquetear con Alemania, a Stalin le agarró un ataque de nervios. Ellos lo que menos necesitaban era una Alemania pujante y fortalecida, y para colmo de males apoyada por quien terminó siendo su archienemigo. Esto era, desde el punto de vista soviético una ruptura lisa y llana de los acuerdos firmados en Yalta. No podía hablarse ya de malentendido o mala interpretación. Esto echaba por tierra todo lo convenido.

Y aquí es donde se inaugura una modalidad típica de la Guerra Fría: “la reacción ante la provocación”. Es decir, justificar un accionar argumentando que se hace como respuesta a la provocación por parte del adversario. De este modo, siempre es el contrario el que queda fuera de lugar y deslegitimado. El justificativo de la URSS va a ser que todo lo que hará de aquí en más con respecto a Alemania y Berlín, es en respuesta a la ruptura de los acuerdos de Yalta. Por su parte, la justificación de EEUU es que el avance de Stalin quebraba el equilibrio de Europa y para contenerlo era necesario una Alemania de pie.

Con la inclusión de Alemania en el Plan Marshall, ésta pasa de enemigo irreconciliable y al que es necesario destruir, a país aliado (después también pasaría con Japón). Así vemos cómo un cambio en el orden mundial imperante y en el marco de interpretación de la geopolítica puede reubicar a un país de “amenaza a aliado deseable”. En lugar de poner a los alemanes a pagar otra vez indemnizaciones incosteables, eligen invertir en Alemania. Después de todo, la reactivación de Alemania también coadyuva a la reactivación de Europa, porque Alemania sigue siendo un eje gravitacional en el continente.

EL BLOQUEO DE BERLÍN Y EL PUENTE AÉREO


Y así llegamos al “1er incidente de la Guerra Fría”. La cosa está así. Alemania sigue dividida en sectores de ocupación. No tiene autonomía para resolver su destino, se encuentra a merced de lo que los vencedores quieran hacer con ella. EEUU replantea su posición respecto de Alemania y la incluye en el Plan Marshall (a la parte de Alemania que ocupan los aliados occidentales). Ante la movida, Stalin replantea y endurece su posición. No permite que su sector de Alemania entre en el Plan Marshall y reciba ayuda por parte del enemigo. Y para dejar bien en claro su posición, bloquea físicamente a Berlín para que no puedan entrar alimentos ni por tierra ni por agua (recordemos que Berlín estaba dividida en 4 sectores pero geográficamente queda del lado soviético).

En 1948, EEUU rompe el bloqueo a través de un puente aéreo mediante el  cual lanzaban constantemente alimentos desde el aire. Y como era de esperar, no iban a dejar pasar la oportunidad para meter ficha en la campaña propagandística ideológica dejando a Stalin como el despiadado e inhumano dictador que permite que la gente se muera de hambre. Y de paso se cuelgan la cucarda de defensores de la democracia y la libertad. Como vemos, el escenario se termina de armar y todos los elementos que caracterizaron a la Guerra Fría empiezan a ocupar sus puestos en la obra.

LAS DOS ALEMANIAS


Este primer incidente tuvo como resultado la división formal de Alemania. Este tipo de maniobras lo vamos a ver repetido varias veces a lo largo de la Guerra Fría. Se divide el territorio en dos zonas: una comunista y una capitalista. Se le dice a la población que la división es temporaria y que pronto se llamará a elecciones. Este “por un rato para siempre” duró desde 1949 hasta 1989 en el caso de Alemania que quedó formalmente repartida. Por un lado, la REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DE ALEMANIA,  con capital en Berlín, gobernada por Walter Ulbricht, con un sistema de partido único y pro soviética. Un calco del modelo del resto de los países de Europa oriental. Por el otro, la REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA, con capital en Bonn, gobernada por Konrad Adenauer, adalid de la reconstrucción alemana. Este último fue el que en 1951 firmó con Francia el Pacto del Acero y del Carbón, que como vimos fue la base primero del Mercado Común Europeo y el germen de lo que hoy es la UE (también fue el que recuperó a los prisioneros alemanes que todavía estaban bajo el poder de la URSS).

Esta división fue dolorosísima para los alemanes. Ellos tienen un sentido muy profundo de su identidad nacional, siendo que les costó tanto unificarse como nación y que lo lograron mucho tiempo después que el resto de las naciones de Europa.

LOS PROBLEMAS SE AGUDIZAN


Con la división del territorio como un hecho consumado empezaron a hacerse evidentes las diferencias en los modelos. La RFA, con la ayuda del Plan Marshall, pronto superó ampliamente en desarrollo a la RDA (que así y todo era la más avanzada de los países de Europa del este). Como esta diferencia era patente, y Berlín (que geográficamente estaba en área soviética) también estaba dividida, la gente se empezó a pasar de Berlín Oriental a Berlín Occidental en busca de una mejor calidad de vida. Ya comentamos anteriormente que en los países de la Cortina de Hierro no se puede entrar y salir libremente. Irse a occidente es sinónimo de deserción. Cuando 2.500.000 alemanes se pasaron de lado y se empezó a temer la escasez de mano de obra del lado oriental, se tomó una medida drástica.

Una mañana de 1961 y como quien no quiere la cosa, se colocaron unas alambradas que rodeaban a la ciudad, después le agregaron cemento y de un día para otro el muro estaba montado. La premura con la que se levantó significa que literalmente de un día para el otro, todo lo que estaba más allá del muro (trabajo, escuela, familia, etc.) ya no se puede alcanzar. Sobra decir que la gente quería cruzar igual, que se hacía ensartar en los alambres con tal de pasar del otro lado, y aparecieron las formas más creativas para intentar pasar del otro lado.








Occidente protestó enfáticamente ante todos los foros internacionales, pero en la práctica no hizo absolutamente nada, porque para entonces el “equilibrio del terror” estaba instalado.

Del lado oriental fue necesario establecer una policía especial para que vigile el muro los VoPos (“Volkspolizei” policía del pueblo) y el Ministerio para la Seguridad del Estado, más conocido como la Stasi, montó un servicio de vigilancia sobre toda la población, donde los agentes controlaban a sus familias y amigos para denunciar cualquier actitud sospechosa (cualquier parecido con la novela de G. Orwell “1984” es pura coincidencia).

VoPos cuidando el muro


#El espía que volvió del frío https://www.youtube.com/watch?v=TQ1bXU58yqI

# Funeral en Berlín (película)

Así, los alemanes del este quedaron completamente encerrados, perdieron contacto con sus parientes y amigos del lado occidental. Nadie podía salir para occidente. Y viceversa.

La división de Alemania y la construcción del Muro de Berlín son los símbolos que le dan a la bipolaridad un carácter irreversible. La Guerra Fría empezó en Europa y se concretó en Alemania. El sistema bipolar deja un mundo dividido en 2 bandos:
  • ·        económicos (capitalismo/comunismo) que en Europa se hizo evidente en los países que recibieron la ayuda del Plan Marshall y los que no;
  • ·        políticos (democracias/sistemas de partido único);
  • ·        militar (OTAN/Pacto de Varsovia)
  • ·        y finalmente físico: el Muro de Berlín.

“Los muros son la prueba más contundente de la incapacidad de los seres humanos de convivir con ideas y culturas diferentes”Cada vez que se levanta un muro, la humanidad en su conjunto pierde, y los muros nunca pudieron evitar que las personas de ambos lados se comuniquen: Muralla de Adriano (en la actual Inglaterra); Muro EEUU/México; Israelíes y árabes en medio oriente. Los muros no detienen, pero lastiman y zanjan profundas heridas en los pueblos y parece que la lección del muro de Berlín, aún a 30 años de su caída, todavía no la hemos aprendido. (Diana Uribe)


En el próximo capítulo, la Guerra Fría se muda al Asia de la mano de la Revolución China en 1949. Hasta la semana que viene...







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