LA RECONSTRUCCIÓN: FRANCIA (Capítulo 32)


¡Estamos de vuelta! Esta semana nos toca analizar cómo fue el proceso de reconstrucción de otro de los protagonistas europeos por definición: Francia. Cada país tuvo que remontar sus propias consecuencias después de la guerra: en algunos casos fue la destrucción física, en otros, la descomposición social y política. También, los recursos propios de cada pueblo para enfrentarse a sus demonios tienen las características particulares de la idiosincracia de cada comunidad...

LA RECONSTRUCCION DE FRANCIA


Decíamos en el capítulo anterior que todas las reconstrucciones fueron distintas, cada una tuvo sus particularidades. Esas particularidades se relacionan con la forma de ser de los pueblos, su idiosincrasia, sus valores, sus contradicciones; pero también tiene que ver con el punto de partida del que arrancan la reconstrucción.

Analizaremos ahora el caso de Francia, cuyo territorio estuvo ocupado por los nazis gran parte de la guerra, pero que gracias al esfuerzo y la astucia de De Gaulle logró un trato diferente al de los demás países ocupados.

 

DE GAULLE Y LA INMEDIATA POSGUERRA


A lo largo de los capítulos hemos ido viendo, el denodado trabajo de De Gaulle, desde el exilio, formando y dirigiendo la Resistencia, para que Francia fuera tratada como nación aliada, y no como país ocupado (y colaborador). De Gaulle quería muchas cosas para Francia, algunas las logró, otras no se las permitieron.

¿QUÉ QUERÍA DE GAULLE?

·        FORMAR UN GOBIERNO AUTÓNOMO. Esto era lo primero y más urgente. De Gaulle comprendió que era prioritario que, inmediatamente después de la liberación de París por parte de las tropas aliadas (de las que muchos franceses formaban parte), se formara un gobierno francés autónomo. De esa manera, no serían intervenidos por los ejércitos aliados. La alternativa obvia para encabezar dicho gobierno autónomo era el propio De Gaulle.

·        SER TRATADOS COMO PAIS VENCEDOR: el miedo de De Gaulle era que Francia fuera tratado como el resto de los países ocupados y liberados por las tropas aliadas. De Gaulle quería que Francia fuera tratada con el respeto que se merecía, quería ser partícipe del Gran Juego, y que los líderes aliados no se metan en las cuestiones francesas. Lograr esto requirió de toda la astucia y habilidad política de De Gaulle, ya que Francia, no sólo había sido un país ocupado (en gran parte de su territorio), sino que en la parte que no fue ocupada, se instauró un régimen colaboracionista con los nazis, la Francia de Vichy.

·        REDUCIR A ALEMANIA A UN ESTADO PASTORIL: en esto podía darse la mano con Rusia, que quería lo mismo. Los franceses ya habían sufrido a los alemanes 2 veces, y si Alemania se reindustrializaba, Francia nunca estaría tranquila. Esta es la razón por la que el resto de los aliados (especialmente los occidentales) no invitaron a Francia ni a Yalta ni a Postdam. Una cosa era tratar a los franceses con el debido respeto que como potencia europea se merecían y otra muy diferente era dejar participar a Francia de las negociaciones y el reparto geopolítico de la posguerra, y correr el riesgo de que haga otra vez lo que hizo en el Tratado de Versalles (que ganas no le faltaban). Dejar participar a Francia era correr el riesgo de repetir  por tercera vez la historia. Y nadie quería eso.

·        RECUPERAR Y AFERRARSE A SUS COLONIAS: las quieren de vuelta a cualquier precio. Ellas son el símbolo de la pasada grandeza de Francia, y del status internacional de potencia que ellos creen que se merecen. Cuando pocos años después empiecen los procesos de descolonización, y éstos sean apoyados por la ONU y por las superpotencias (que son las que mandan la parada ahora) Francia se opondrá con uñas y dientes y se generarán varios conflictos que iremos analizando a su debido tiempo. Todo esto representará un duro golpe para el amor propio francés. Aceptar que ya no son la potencia colonial y dominante que supieron ser, y más aún que los destinos del mundo ya no se deciden en Europa sino que la sartén la tienen USA y la URSS. Son tiempos de guerra fría.

¿QUÉ CONSIGUIERON FINALMENTE?

Más allá de las pretensiones que tenían De Gaulle y los franceses, no pudieron conseguir todo lo que se proponían. Pero lo que obtuvieron no era nada despreciable y es mucho mejor que lo que consiguieron los demás países intervinientes (dejando a un lado a los 3 aliados principales)

De Gaulle consiguió para Francia:

-          La integridad territorial

-          Un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU

-          ¼ de la Alemania ocupada

-          Ser tratado como un país aliado y vencedor.

Nada mal.

GRIETA Y COLABORACIONISMO


Dijimos que todas las reconstrucciones fueron diferentes. Y que cada país tuvo lo suyo. Dentro de las particularidades que Francia tuvo que enfrentar en su proceso de recuperación fue la cuestión del Régimen de Vichy. En capítulos anteriores ya hemos mencionado la difícil decisión que le tocó a Pétain, y la polémica solución que encontró para su país. De Gaulle, que se opuso al régimen colaboracionista desde un principio, instigó y organizó desde el exilio la Resistencia que permitió a Francia salvarse de la ignominia total. Pero lo cierto es que el régimen existió apoyado por la derecha conservadora ultra fascista francesa, y por muchos acomodaticios que creyeron que apoyaban al bando vencedor.

Terminada la guerra, ambos sectores de la sociedad tuvieron que verse nuevamente las caras y los pases de factura no se hicieron esperar. No había excusa alguna que justificara haber apoyado un régimen como el nazi. Se sucedieron miles de ejecuciones sumarias y otros ajusticiamientos populares. A las mujeres que se habían relacionado con oficiales alemanes, las rapaban y las exponían en la calle al escarnio y la humillación públicos. Se las acusaba de “colaboración horizontal” (algo como lo que se ve en la escena de Game of Thrones cuando a la reina Cersei la rapan y la pasean desnuda por la calle gritándole permanentemente la palabra SHAME, vergüenza, y sometiéndola a los escupitajos e insultos del pueblo)

Imagen de la serie Game of Thrones, cuando a la reina Cersei la pasean por las calles de la ciudad rapada y sometiendola al escarnio y la humillación por parte del pueblo


Diferentes imágenes de las humillaciones a las que fueron sometidas las mujeres francesas que "colaboraron horizontalmente" con los oficiales nazis

Mujer rapada obligada a desfilar por la calle y soportar los insultos y humillaciones de sus vecinos



La forma en la que temporariamente encontraron una solución para la profunda grieta social que se generó, fue la salida de los colaboracionistas a Argelia. Una vez más en la historia, las colonias funcionan como válvula de escape para los conflictos internos de las potencias. Más adelante, cuando se desate la guerra de Argelia, esta cuestión volverá a ser un problema, pero mientras tanto permite calmar las aguas para encarar la reconstrucción.

EXISTENCIALISMO FRANCÉS


Frente a un problema tan complejo, se impone la pregunta que a todos los protagonistas les tocó responder ¿qué nos pasó? En el caso de los franceses también surgieron los siguientes interrogantes ¿por qué colaboramos? ¿Por qué obedecimos? ¿Por qué deportamos a miles de judíos?

Y fue la filosofía existencialista de la mano de Jean Paul Sartre la que se abocó a la reflexión y las respuestas.

#Filosofía existencialista
Sartre decía que el ser humano está condenado a la libertad, es una situación de la que no se puede evadir, no puede dejar de ser libre, porque haga lo que haga, está eligiendo. Cuando hace, elige; y cuando no hace, también, porque no hacer nada también es una elección. La libertad se nos es impuesta por el solo hecho de existir, y se nos impone también la obligación de decidir sobre nuestra propia vida. De decidir para seguir existiendo. Porque si no quisiéramos existir más, también requeriría de nosotros una decisión para quitarnos la vida. Los seres humanos nos distinguimos de las cosas en que nosotros tenemos consciencia de nuestra propia existencia, y de la libertad y obligación que pesa sobre nosotros para hacer de esa existencia una vida.

La dificultad de este planteo es que al ser absolutamente libres, somos absolutamente responsables de lo que elegimos. El ejercicio de nuestra libertad puede ser de buena fe, que es cuando elegimos y somos completamente honestos  y coherentes, con nuestros pensamientos y principios. O puede ser de mala fe cuando elegimos algo que nos conviene, aunque vaya en contra de nuestros intereses y principios.

Esta conclusión será problemática y dolorosa en el caso de los franceses. Porque si todo el tiempo somos completamente libres, y por consiguiente, completamente responsables de nuestras elecciones, colaborar es una decisión y quienes la tomaron son plenamente responsables. Filosóficamente nadie queda exonerado.
Sartre decía de los franceses “que nunca fueron más libres que durante la época de la ocupación”, y es que ahí realmente se veía la libertad. En la elección fundamental, cuando todo estaba en juego, cuando tenían todo para perder, cuando las papas queman y la decisión cambia el curso de la historia. Ahí se probó la libertad de los franceses.

ALTERNATIVAS Y PARTIDOS POLÍTICOS


Mientras todas estas reflexiones están teniendo lugar, las fuerzas políticas y el nuevo orden mundial siguen moviendo los hilos.

Como vimos, la primera opción para el gobierno autónomo francés era sin ninguna duda De Gaulle, así que él asumió como líder en la inmediata posguerra. A medida que va transcurriendo el tiempo, y quiere asentar su autoridad se encuentra con que en Francia hay 3 partidos políticos: el partido comunista, el partido socialista y la democracia cristiana (antifascista).

El plan de De Gaulle es gobernar sin darle participación a los dos primeros, formar un gobierno con completo control sobre la Asamblea y encarar un proyecto de recuperar a La Gran Francia. Los comunistas y socialistas, no están dispuestos a ser corridos así como así del gobierno. Reclaman, y con razón que ellos también lucharon y resistieron y que ahora no pueden dejarlos afuera.

Los comunistas tiene un contacto estrecho con los soviéticos, pero al igual que en el caso de Italia, Francia quedó del “lado de la servilleta de Churchill”, por lo que sin importar cuánto apoyo tenga el comunismo entre los franceses, Stalin no puede ofrecer una alternativa económica a la reconstrucción. Porque no tiene con qué, y porque se comprometió a no intervenir en los países que quedaron en la zona de influencia de occidente. Así que sin billete, no hay paraíso. Y así el proyecto comunista debe ser relegado.

La reconstrucción quedará en manos de la democracia cristiana y de Jean Monnet

MONNET Y EL PLAN MARSHALL


Jean Monnet, tiene una idea muy clara de cómo sacar adelante a Francia, de cómo industrializarla. Y cuando todo el proyecto está armado, llega el dinero del Plan Marshall para la reconstrucción de los países de Europa occidental, por lo que sin dilaciones se pone en marcha todo el proceso de recuperación. Francia no sufrió muchos bombardeos ni destrucción. El impacto de la guerra fue más que nada político y social. Así que se encontraba en inmejorables condiciones para invertir adecuadamente el dinero del Plan Marshall.

A Jean Monnet, junto con Schuman (canciller) y Adenauer (líder alemán) se los considera los “Padres de Europa”

El proyecto era poner fin a las interminables disputas entre Alemania y Francia por las regiones de Alsacia y Lorena, que tanta muerte había traído sobre ambos países. En 1951 firman el “Pacto del Carbón y del Acero”, en el que acuerdan repartirse estos productos de manera pacífica, y marcan el primigenio punto de partida a lo que hoy es la Unión Europea.

Esto significaba renunciar a convertir a Alemania en un estado pastoril, cosa que tampoco hubiese podido lograrse, ya que en tiempos de la Guerra Fría, los occidentales entendieron que era imprescindible la “Alemania tapón” que frenara los avances de Stalin. Fue entonces que, como vimos, llegó para la Alemania Occidental el dinero del Plan Marshall también. Por lo tanto, Alemania no iba a ser destruida sino que pasaba a ser socia de Francia, la llave para la creación de la nueva y futura Europa.

Todo esto no hubiese sido posible con De Gaulle, que como vimos, no estaba dispuesto a consensuar el poder, y cuya aspiración era volver a ser la Francia grandiosa y colonialista de antaño (para lo cual Alemania era una amenaza). De Gaulle da un paso al costado.

Así el futuro de Francia no fue la Gran Francia de De Gaulle, ni la sovietización que hubiese pretendido el partido comunista. El futuro de Francia terminó siendo el proyecto EUROPA. Esta nueva sociedad que surgía entre Francia y Alemania marcaría el nuevo destino del continente. Estos dos países no se subieron al tren de Europa (como hizo Italia), lo crearon.

FRANCIA Y LAS COLONIAS. LOS CONTRASENTIDOS HISTÓRICOS


Por último nos queda analizar la cuestión de la actitud de Francia frente a sus colonias, cuestión que también acarreó polémicas y contradicciones.

Como vimos, los franceses no estaban dispuestos a quitarse todavía su traje de potencia colonial, y estaban dispuestos a conservar y recuperar todo su extenso imperio de ultramar. En 1948, con la creación del Estado de Israel, Inglaterra les sugirió retirarse de la zona de Medio Oriente, debido a su gran inestabilidad (Francia controlaba Siria y el Líbano)

Cuando retomaron Indochina, se encontraron allí con una furiosa resistencia por parte de las guerrillas lideradas por Ho Chi Minh. Esta resistencia fue formada para combatir a los invasores japoneses; cuando los franceses intenten recuperar el dominio colonial se enfrentarán a éstos; y por último combatirán a los norteamericanos en la Guerra de Vietnam. Ho Chi Minh conducirá a los vietnamitas a sacudirse el yugo de las ocupaciones y dominaciones coloniales.

Cuando los franceses son violentamente repelidos por las guerrillas vietnamitas, les piden asistencia a los norteamericanos para salir de Indochina (Vietnam). Así se inicia la intervención norteamericana en el país asiático, que por razones que a su debido tiempo analizaremos, desembocaron en la Guerra de Vietnam.

Finalmente, expulsados los franceses de Indochina, estalla la guerra de Argelia, que conmocionará profundamente a la sociedad francesa y nuevamente la pondrá de cara a sus propias contradicciones. Y es que Francia es el país de la igualdad, la libertad y la fraternidad. Ellos redactaron la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Uno de los principales derechos humanos es el derecho de autodeterminación de los pueblos. Por eso no se entiende, o mejor dicho no se justifica, la caprichosa actitud de Francia de oponerse a los procesos de descolonización que serán alentados y apoyados por toda la comunidad internacional, y especialmente por la ONU con la Resolución 1514. Esto generará grietas incluso dentro de la izquierda francesa que acusará a la porción del comunismo que integraba el gobierno de no oponerse al conflicto de Argelia. Y como sabemos, si quien puede impedir no lo hace, tácitamente consiente. A este sector del comunismo se lo llamará “la izquierda exquisita” y le achacarán su tácita convalidación del colonialismo en lugar de luchar por la liberación de los pueblos del tercer mundo.

Como vemos, las situaciones de todos los países son diferentes, sus contextos y los obstáculos que tienen que enfrentar son de distinta índole en cada caso.

Nos queda por último analizar una de las consecuencias más importantes de la inmediata posguerra y cuyas consecuencias todavía no se terminaron de resolver: la creación del Estado de Israel.

Lo dicho, la semana que viene, nos embarcamos en el último capítulo de la reconstrucción post segunda guerra, y una de sus cuestiones todavía irresueltas: LA CREACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL

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